Suerte que no era una gasolinera porqué las consecuencias hubieran sido terroríficas. Un Tesla Model S se incendió en Noruega mientras recargaba su batería en las estaciones de servicio que la marca tiene repartidas por todo el país. El coche quedó reducido a cenizas. ¿Cómo pudo suceder algo así?

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Según recoge Motorpasión en un principio el fabricante californiano no tenía ni idea de que pudo suceder, sin embargo después de una exhaustiva investigación encontraron que la respuesta se hallaba en un cortocircuito la caja de fusibles del coche.

Ante esta situación Tesla ha anunciado que mejorará su software de diagnóstico para detectar posibles cortocircuitos y detener automáticamente la recarga. Sin embargo recuerda que sus cargadores son realmente seguros con más de 2,5 millones de operaciones satisfactorias.