Durante el mes de agosto de 2013, el vehículo experimental S 500 Intelligent Drive ha demostrado en un trayecto de relevancia histórica que es posible una conducción autónoma, también en carretera abierta y en tráfico urbano. Es la primera vez en el mundo que un fabricante de automóviles presenta un vehículo de este tipo. La ruta de unos 100 kilómetros que lleva de Mannheim a Pforzheim fue la misma elegida por la pionera Bertha Benz, que emprendió con este trayecto el primer viaje de larga distancia a bordo de un automóvil hace ahora exactamente 125 años.

Mercedes S500_ID03

El denso tráfico del Siglo XXI puso a prueba las aptitudes de conducción sin conductor de la berlina de la Clase S, que tuvo que afrontar de forma autónoma situaciones de alta complejidad como semáforos, rotondas, peatones, ciclistas y tranvías.  Un hecho notable: para lograr este éxito no ha sido necesario recurrir a una tecnología especial de alto coste, sino solamente a técnica próxima a la producción en serie, muy similar a la incorporada actualmente en los modelos de serie de la nueva Clase E y la Clase S. Con ello, el proyecto marca un hito importante en la vía de desarrollo del vehículo apto para moverse por sí mismo (automóvil) al vehículo capaz de conducir sin intervención humana (autónomo).

«Este Clase S demuestra hasta dónde queremos llegar con ‘Intelligent Drive’, y qué potencial encierra ya la técnica disponible en la actualidad», destaca Dieter Zetsche, Presidente de la Junta Directiva de Daimler AG y responsable de Mercedes-Benz Cars. «No cabe duda que hubiera sido mucho más sencillo elegir la ruta por autopista de Mannheim a Pforzheim. Pero encontramos una motivación especial en probar la conducción autónoma exactamente en este trayecto, 125 años después de Bertha Benz. No seríamos Mercedes-Benz si no apuntáramos a metas muy exigentes, y si no las lográramos a continuación.»

El vehículo experimental Mercedes-Benz S 500 Intelligent Drive utilizado en este proyecto está equipado con sensores próximos a la producción en serie. Mediante una evolución de los sensores incorporados ya hoy en la nueva Clase S, los responsables de Desarrollo han enseñado a este prototipo a averiguar dónde se encuentra, a interpretar lo que ve y a saber cómo reaccionar con autonomía: equipado con un «piloto de ruta» altamente automatizado, el automóvil encuentra siempre el trayecto adecuado, incluso en el denso tráfico urbano e interurbano.