El Hyundai Kona 100% eléctrico ha llegado al mercado en dos versiones diferentes y dos niveles de autonomía. Después del lanzamiento del Ioniq EV, la oferta eléctrica de la marca japonesa crece con el lanzamiento del Kona eléctrico, el primer SUV-B alimentado por energía eléctrica al 100%. Mantiene todas las señas de identidad del modelo de combustión interna en lo referente a diseño, prestaciones y cualidades fuera de asfalto, lo que también permite a sus usuarios disfrutar de la vida al aire libre sin ningún tipo de restricciones.

El modelo es la antesala de una propuesta cero emisiones que la marca considera “muy ambiciosa”, y que culminará a finales de este mismo año con el lanzamiento del modelo que estrenará la segunda generación de la tecnología de pila de combustible de la marca, el Hyundai Nexo.

Cambios para adaptarse a lo eléctrico

El Kona Eléctrico hereda los rasgos de diseño de su hermano con motor de combustión, aunque introduce algunos cambios para adaptarse a sus particularidades mecánicas. Así, la parrilla frontal de ventilación deja su lugar a una calandra completamente cerrada, mientras que los faros mantienen la estética inicial pero incluyen, de manera opcional, iluminación full led para todas las funciones. En el exterior, las opciones de personalización pasan por un total de 21 combinaciones de color, resultantes de mezclar siete colores para la carrocería y tres para el techo.

Las dimensiones son prácticamente idénticas a las del modelo base, aunque con pequeñas variaciones. Es 1,5 centímetros más largo –mide 4,18 metros de longitud– y dos centímetros más alto –hasta 1,57 metros–. Lo que no cambia es la anchura, que se mantiene en los mismos 1,80 metros. La capacidad del maletero es de 332 litros, aunque podemos ganar 41 litros adicionales si aprovechamos el espacio reservado para el cable de carga. En ese caso, la capacidad total crece hasta los 373 litros.

Tecnología y digitalización

El interior es un compendio de tecnología, comenzando por la instrumentación, que es completamente digital. En una pantalla de 7 pulgadas, muestra datos exclusivos del sistema eléctrico, como el flujo de energía o la autonomía, así como datos tradicionales como la velocidad. Además, se mantiene el head up display, también disponible en el modelo de combustión.

La nueva consola central aglutina los botones del cambio ‘shift-by-wire’, que permite una gestión intuitiva del motor eléctrico. Asimismo, tras el volante se encuentran unas levas que permiten seleccionar entre diferentes grados de regeneración de la frenada. El paquete tecnológico se cierra con un sistema de carga inalámbrica de smartphones y un equipo de infoentretenimiento con conectividad mediante Apple CarPlay y Android Auto y una pantalla táctil de siete pulgadas con cámara de visión trasera.

Dos opciones mecánicas

Las opciones mecánicas son dos. La versión de entrada a la gama equipa un motor eléctrico de 100 kW de potencia (136 CV) y una batería con una capacidad de 39,2 kWh. La autonomía, según el nuevo ciclo de homologación WLTP, es de 312 kilómetros. La versión más prestacional monta un motor de 150 kW (204 CV) y una batería de 64 kWh. La autonomía con esta combinación es de 482 km. En ambos casos la aceleración de cero a 100 km/h es de 7,6 segundos.