Verde como el personaje del comic de Marvel. Y poderoso, como cuando cabrean al profesor Bruce Banner. Así es el Mercedes AMG GT R que hemos tenido ocasión de probar; seductor por fuera pero por dentro una máquina de devorar curvas.
Antes unos datos para poneros en antecedentes y vamos realmente a por las sensaciones que destila. Decir que está impulsado por un motor V8 de 4.0 biturbo de 585 CV y 699 Nm de par. Acelera de 0 a 100 km/h en 3,6 segundos y alcanza los 318 km/h. Y pesa lo mismo que un Clase C (1.555 kilos).
Electrónica para ayudar a conducirlo
Vamos al lío. Entrar y sentarnos resulta más sencillo de lo que podría parecer. A la derecha en la consola central toda una serie de mandos nos permitirán controlar desde los modos de conducción a la dureza de la suspensión así como el sonido. Y en amarillo el regulador del control de tracción para afinar todavía el set up.
Le damos al botón de arranque y el V8 cobra vida. Vamos conducionedo muy bajos, siendo el centro de atención por donde pasamos. Por fin dejamos atrás la ciudad y empezamos a disfrutar de una parte de su potencia. No solo acelera lo que no te imaginas, también frena y se aguanta. Empujando desde atrás, es una fuente inesgotable de sensaciones y transmite más que otros rivales como el Audi R8.
Alta velocidad
Puedes ir rápido, muy, muy rápido con la electrónica como aliada. Cada nivel que subes (Confort, Sport, Sport +, Race y un modo Individual) necesitas más manos. Nada como un circuito para disfrutar de su pontencial porque en carretera abierta no tiene ningún sentido. Nos falta espacio para seguir pero piensa que calza neumáticos de 275 delante y 325 detrás.
¿Y el precio? 199.000 euros… “Si yo fuera rico…”.
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