Texto: Sergi Mejías / Fotos: Ferrari Media, Joe Portlock (F2 Media)

A sus 20 años, Mick Schumacher esté viviendo una temporada decisiva. A inicios de este mismo 2019 fue confirmado como miembro de la Academia de Pilotos de Ferrari. Ha debutado en la F2 con el equipo Prema y ya ha probado un F1. O mejor dicho dos, en los test de Bahrein al volante del Ferrari y del Alfa Romeo.

El hijo del siete veces campeón del mundo avanza con pasos agigantados hacia la F1. Se calcula que podría llegar en un par de años después de foguearse en la F2. Que duda cabe que el apellido le ha abierto muchas puertas pero siempre lo ha mantenido en el ojo de huracán mediático.

Piloto a pesar de todo

A pesar de que su padre hubiese preferido que se dedicada a otro deporte, como golf o tenis, el pequeño Mick se inició en el mundo del karting en 2010. Los inscribían como Mick Bestch  intentando evitar ser el centro de atención. Debutó en monoplazas en 2014.  Desde entonces ha sido subcampeón de F4 y campeón de la F3 Europea. Después dio el salto a la F1.

Mick tiene en su madre su gran apoyo.  Buena muestra de ello es su presencia en el test de Bahrein. También su tío Ralf, ha estado apoyándolo. Más, tras el accidente esquiado de Michael, del que poco se sabe actualmente. “Siempre ha sido parte de mí y supongo que no sería la persona que soy ahora si no fuese por él. Tuve el tiempo y la oportunidad de crecer con eso”, declaró Mick sobre su padre antes de su debut en Bahrein.