Texto: Sergi Mejías / Fotos: Noyes Camp

El dirt track tiene una magia especial. No se parece a ninguna otra disciplina del motociclismo. Y de aquí su singularidad. Originario de EEUU, Marc Márquez lo puso de moda como una de sus formas de entrenar y el Noyes Camp te acerca al flat track para empezar con buen pie de la mano de profesionales.

En nuestro caso todo empezó un sábado por la mañana. Estábamos citados en el Rancho Canudas (Casserres, Barcelona). La organización se encarga de todo, tu solo tienes que llegar con ganas de pasarlo bien y llevar tu equipo, si quieres porque si no te dejan uno. Y tranquilo porque tampoco hace falta haber tenido contacto previo con la tierra.

Después de un poco de calentamiento y una explicación técnica se empiezan a hacer las primeras salidas a pista al manillar de unas divertidas Kawasaki KL140. Se trata de un circuito de tierra donde se realizan distintos ejercicios, como conducir solo con la mano derecha. Por la tarde unas sesiones de clasificación y unas carreras ponen la guinda.

El domingo es el gran día pues tras unos ejercicios te calzas la bota de hierro en el pie izquierdo y entras en el óvalo para vivir en primera persona la magia del dirt track. “Piensa que la pierna izquierda es como una tercera rueda para apoyarte”, te recuerda Kenny Noyes. La sensación de ir cruzado en cada curva es única, y engancha.

El fin de semana toca a su fin y acabas con una satisfacción indescriptible después de habértelo pasado como nunca y haber conocido gente como Gerard Bailo y Ferran Sasntre, los profesores, a Kristian Daniel Jr (una joven promesa de nueve años de Los Angeles) y a Joan Carles Puigtio, de 61 años y a su hijo Jordi, que también se apuntaron a este muy recomendable Noyes Camp.

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