Una empresa británica ha lanzado al mercado un vehículo eléctrico para niños de 5 a 10 años. Obviamente se trata de un juguete que no alcanza los 20 km/h pero tiene todas las características de un coche normal.

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Según publica El Mundo, el prototipo, que saldrá este 2017, se llama FireFly y tiene faros traseros, frenos hidráulicos, intermintentes y un motor de dos baterías de 12 voltios con una autonomía de 9 horas. Una pantalla en el interior indica la velocidad de circulación y la duración de la batería.

Aunque su tamaño será reducido debido a que es un coche para niños su forma nada tiene que envidiar a los coches de los mayores. Tiene dos modos de conducción. El ‘experience’ y el de seguridad. En el primero la conducción está totalmente a manos de su conductor, mientras que en el segundo la conducción tiene algunos elementos automáticos. Para la tranquilidad de los padres el coche puede ser controlado por control remoto en los dos modos de conducción.

El coche costará unos 5.400 euros.